Nuestro Sistema Solar se formó a partir de una enorme nube primordial de gas y polvo. Gran parte de esa nube formó el Sol, mientras que el disco sobrante de material en rotación alrededor de él, se unió, formando finalmente los planetas que lo orbitan y que hoy conocemos (incluido el planeta en el que vivimos).
Los astrónomos pueden observar procesos similares que tienen lugar alrededor de otras estrellas. Esta espléndida imagen de la semana muestra un disco en rotación de material sobrante alrededor de la joven estrella HD 163296. Usando las capacidades de observación de ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), en Chile, los astrónomos han podido discernir características específicas en el disco, incluyendo los anillos concéntricos de material que rodean a la estrella central. Gracias a ALMA, fueron incluso capaces de obtener medidas de alta resolución de los componentes de gas y polvo del disco. Con estos datos han podido inferir detalles clave de la historia de la formación de este joven sistema estelar.
Las tres brechas que hay entre los anillos se deben, probablemente, a una disminución en la cantidad de polvo y, tanto en el hueco central como en el exterior, los astrónomos también encontraron niveles de gas inferiores. La menor cantidad de polvo y gas sugiere la presencia de planetas recién formados, cada uno de una masa similar a la de Saturno, esculpiendo estas brechas en sus nuevas órbitas. Crédito: ESO, ALMA (ESO/NAOJ/NRAO); A. Isella; B. Saxton (NRAO/AUI/NSF)
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