A pesar de su similitud con el paisaje marciano, el desierto de Atacama es hogar de flora y fauna autóctonas, que durante siglos han desarrollado técnicas para adaptarse a las duras condiciones reinantes existentes en el lugar. En la fotografía un zorro en Chajnantor.
Crédito: Ralph Bennett - ALMA (ESO/NAOJ/NRAO)
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