ALMA se equipa de receptores para detectar las señales del Universo
26 Diciembre, 2011 / Tiempo de lectura: 3 minutes
El Observatorio Europeo Austral (ESO, por su sigla en inglés) acaba de recibir el último conjunto de 73 detectores ultrasensibles para el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA). Estos detectores, que usan tecnología de punta, fueron proporcionados por la Netherlands Research School for Astronomy (NOVA).
Cuando esté listo, ALMA tendrá 66 antenas de gran envergadura que operarán como si fueran un único telescopio. El observatorio escrutará el Universo en longitudes de onda de radio muy cortas, de aproximadamente un milímetro o menos. Para ello, se debe equipar cada una de las antenas con un arsenal de detectores, similares a receptores de ondas de radio altamente sensibles, que operarán en diferentes bandas de longitudes de onda. Estos receptores, que están siendo fabricados por entidades de Europa, Norteamérica y Japón, deben mantenerse a temperaturas de -269 grados Celsius para poder detectar las débiles señales provenientes del espacio.
Los llamados receptores de Banda 9 son los segundos receptores más sensibles de ALMA, ya que detectan luz a longitudes de onda de tan solo 420µm (0,42 milímetros). El diseño y la fabricación de receptores capaces de operar a esas longitudes de onda implican un gran desafío.
El último conjunto completo de receptores de Banda 9 —suficientes para todas las antenas de ALMA y para tener repuestos— fueron entregados por NOVA a pedido de ESO, el socio europeo de ALMA. Es el primer conjunto de receptores en quedar totalmente listo, y además se entregó dos meses antes del plazo final y costó menos de lo previsto.
Ya se están usando los primeros receptores de Banda 9 en el observatorio ALMA, que se está construyendo en el llano de Chajnantor, en la cordillera de los Andes en Chile, a 5.000 metros sobre el nivel del mar. Las ondas de longitud milimétrica y submilimétrica que captará el observatorio son en gran parte absorbidas por el vapor de agua presente en la atmósfera terrestre, sobre todo las ondas más cortas como las de la Banda 9. Así, este lugar situado a gran altitud es uno de los mejores del planeta para este tipo de observaciones astronómicas gracias a su atmósfera excepcionalmente seca.
ALMA comenzó las observaciones científicas a fines de septiembre de 2011 con un conjunto parcial de antenas, mientras que la construcción terminará en 2013. El observatorio estudiará la creación de estrellas, de sistemas planetarios, de galaxias y de la vida misma, lo que permitirá a los astrónomos buscar respuestas a algunos de los misterios más grandes de nuestros orígenes cósmicos. Por ejemplo, los astrónomos pueden usarlo para estudiar las condiciones químicas y físicas de las nubes moleculares, esas densas zonas de gas y polvo donde nacen las estrellas. Los receptores de Banda 9 permitirán a los astrónomos observar las áreas de mayor temperatura y densidad de esas nubes con una mayor resolución angular, con lo cual complementarán las observaciones hechas en bandas de mayor longitud de onda.
El proyecto de desarrollo de los receptores de Banda 9 fue llevado a cabo por la Facultad de Astronomía de la Universidad de Groningen en colaboración con el Kavli Institute de la Delft University of Technology y la Organización Neerlandesa de Investigación Espacial (SRON, por su sigla en inglés). El consorcio estuvo encabezado por NOVA.
El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), una instalación astronómica internacional, es una asociación entre Europa, Norteamérica y Asia del Este en cooperación con la República de Chile.